2010
El tema de la baja de edad de imputabilidad una vez más nos divide como sociedad.
* Presupuestos para sueldos de profesionales, que puedan llevar los casos en forma efectiva, en vez de que un Juzgado tenga 100 – 200 – 300 expedientes para seguimiento.
* Lugares de tratamiento, psicológicos, de inserción educativa, laboral y social.
* Romper con las cadenas de corrupción y delincuencia de adultos y adultas, que lucran con el producto de los delitos, que abusan, violan, maltratan a nuestros niños, niñas y adolescentes, que los introducen en el delito, eso se llama CORRUPCIÓN DE MENORES, que abusando de su autoridad, los extorsionan, obligando a cumplir con sus propósitos.
*Denunciar la trata de niños y niñas para explotación sexual y denunciar a quienes son CONSUMIDORES de sus cuerpos.
Si se baja la edad, el delito no va a disminuir, la inseguridad no va a desaparecer, quienes son víctimas de esta perversidad, es el 80 % de nuestros niños, niñas y adolescentes que deben vivir bajo la línea de pobreza. Que deben dejar sus estudios para ir a trabajar, que si quieren estudiar deben trabajar el resto del día porque se espera que aporten en sus hogares.
*Víctimas es el 70% de los niños y niñas, que sufren abuso sexual infantil por adultos que los rodean. Son aquellos y aquellas que prefieren dormir en una estación de tren, en los corredores del subte, en una plaza por sentirse más seguros y seguras que en su hogar.
Como adultos y adultas como sociedad debemos hacernos cargo de lo que nos corresponde, se les vende el modelo que para llegar a tener “éxito” es necesario ser políticos o futbolistas o cumplir con cierto aspecto físico.
Que los viven bien no importa como lo logran ni a quien pisen o estafen. Que el trabajo ya no es un valor, que el estudio no sirve, que no van a llegar a nada porque la escuela pública a la que pueden acceder está devaluada
Que no importa el esfuerzo, sino ser hábil, contar con la "viveza criolla".
El delito va a bajar cuando haya equidad, cuando un delito cometido por una persona de bajos recursos tenga la misma pena que el cometido por una persona pudiente, con influencias.
Cuando cada cual igual que en “Anton pirulero” atienda su juego y se haga cargo de lo que le corresponda, cumpliendo sus funciones, tareas y trabajos, con la misma prontitud y eficiencia, sin importar a quien atienda.
Podremos exigir más no sólo a un grupo etario que esta demonizado sino al conjunto de la sociedad.
Ellos y nosotros