lunes, 17 de noviembre de 2008

19 de Noviembre


19 DE NOVIEMBRE... DÍA MUNDIAL CONTRA EL ABUSO SEXUAL INFANTIL
(Declaración de Yokohama, Japón, 19 de Noviembre de 2001)

sábado, 15 de noviembre de 2008

19 de Noviembre

El 19 de Noviembre se ha elegido internacionalmente como Día de la Prevención en Abuso Sexual Infantil y se acordó llevar una cinta blanca.
Los invitamos para que ese día nos encintemos de blanco, repudiando así este delito que arrasa con la vida de nuestros niños, niñas y adolescentes.

“Ante las atrocidades hay que tomar partido,
La posición neutral ayuda siempre al opresor, nunca a la víctima,
El silencio estimula al verdugo, nunca al que sufre”
Elie Wiesel – Premio Nobel de la Paz 1986

domingo, 2 de noviembre de 2008

Videos

Compartimos un lugar donde hay videos, sobre el tema de trata y de prostitucion



http://www.revoluti onvideo.org/ agoratv/seccione s/genero/ vp_cap04_ victimas_ criminalizadas

sábado, 1 de noviembre de 2008

Asha: adolescente, violada y lapidada
La joven acusada de adúltera y ejecutada por islamistas en Somalia tenía 14 años Ni era una mujer, ni tenía 24 años, ni era una adúltera. Si hay un país en el mundo en el que lo malo se convierte en peor, ése es y desde hace décadas, Somalia. Y la historia de Asha Ibrahim Dhuhulow, la supuesta mujer de 24 años lapidada en público el pasado lunes en la ciudad portuaria de Kismayo, es sólo un reflejo. Porque no era mujer, sino casi niña. Asha no tenía 24, sino 14 años. No había cometido adulterio. Había sido violada por tres hombres del clan más poderoso de la ciudad. Ayudados por el tribunal islámico impuesto por las milicias integristas de Al Shabab, la muerte a pedradas de la menor sirvió para borrar todo rastro del crimen.Una hora antes de que la ejecutaran, Asha logró llamar a su padre. Padecía epilepsia y necesitaba ser tratada, pero la guerra la atrapó. Fue engañada por sus agresores y de denunciante pasó a denunciada. Algunos testigos intentaron ayudarla, pero abrieron fuego contra ellosSomalia, inmersa en el caos entre un gobierno incapaz, señores de la guerra, islamistas radicales, ejército etíope, piratas, soldados de la fuerza de paz africana, (a sumar Estados Unidos, con esporádicos ataques aéreos), algunos enfrentados, todos armados, acumula víctimas. Asha, una más.Asha no sólo murió víctima. Nació víctima ya. En el campo de refugiados de Hagardeer, en el sur de Kenia, en 1995, donde su familia tuvo que refugiarse tres años antes, huyendo desde Mogadiscio de los ataques contra su clan, el de los Galgale, una minoría en Somalia. Fue la última en nacer, la decimotercera de seis hermanos y seis hermanas, según explicó Ibrahim Dhuhulow, el padre de la niña, por teléfono.Con la voz quebrada, Dhuhulow relató que Asha, que acudía a la escuela en el campo de refugiados, padecía epilepsia, por lo que la familia decidió enviarla con su abuela en Mogadiscio, donde podría recibir mejor atención médica. Kismayo estaba en su camino. Pero no contaban con la sempiterna guerra. En agosto, las milicias integristas de Al Shebab se hicieron con el control de la ciudad. Asha, "una niña muy dulce, muy humilde", se quedó atrapada en Kismayo, donde pudo sobrevivir estos dos meses gracias a los conocidos que había hecho en el camino. El dinero para llegar a Mogadiscio se le acababa, según decía a su padre por teléfono. La noche del sábado, tres hombres se le acercaron y la obligaron a acompañarlos a la playa, donde la violaron.Bajo consejo paterno, ella acudió a los tribunales y denunció a sus violadores, que fueron arrestados. Y aquí se inicia, según declaraciones de Ibrahim Dhuhulow, la serie de desatinos que acabarían con la niña atada y enterrada hasta el cuello, lista para la ejecución.Una hora antes de que la ejecutaran, Asha logró llamar a su padre. "Me dijo: 'Papá, soy tu hija, me van a matar, por favor, diles que me perdonen'. Le pregunté quién la iba a matar y por qué alguien iba a hacer algo así. Me dijo que el hombre a su lado no le permitía decirme las razones. Le pedí hablar con el hombre. Le pregunté: '¿Quién eres tú?, ¿por qué vas a matar a mi hija?'. Me contestó que no me podía responder a eso, 'pero que sepas que tu hija va a ser lapidada en una hora'. Me desmayé".De acuerdo con la reconstrucció n que el padre y los conocidos de Asha en Kimbayo han podido ir haciendo de los hechos, los familiares de sus agresores la convencieron con buenas palabras para que acudiera al tribunal islámico, retirara su acusación y perdonara a los tres hombres. Le darían dinero y joyas. Ella accedió, pensando que podría llegar a Mogadiscio con el dinero. Mientras, los mismos familiares acusaron a Asha ante el Tribunal Islámico por extorsión. Cuando Asha, en su inocencia, retiró la denuncia, fue arrestada y acusada de adulterio, de mantener relaciones sexuales sin estar casada."No le preguntaron nada, no trataron de hablar con ella, ni siquiera la visitó un médico", asegura Hassan Shire Sheik, director del Proyecto de Defensa de los Derechos Humanos en el Este y en el Cuerno de África (EHAHRDP). "Se hacen llamar tribunales pero no tienen ningún conocimiento legal". Shire Sheik confirma las palabras del padre de Asha según las cuales la niña se quedó sin defensa alguna también por el carácter minoritario de su clan, que no posee armas. "Nadie de su clan estaba en la ciudad, nadie armado estaba a su favor". Sheik, impulsor de diversas asociaciones de defensa de los derechos humanos en Somalia -por lo que tuvo que huir de su país y refugiarse en Canadá y Uganda-, se sulfura al hablar del caso: "Ni cuando las Cortes Islámicas se hicieron con el control de Mogadiscio en 2006 vimos ejecuciones así. ¿Dónde está la ley? ¿Quién la defendió? ¿Cómo se mata a una niña de catorce años? Están locos".Lo mismo debieron de pensar los testigos de la ejecución. Un millar de personas que se acercaron al estadio de fútbol de Kimbayo, a los que se les dijo que se iba a lapidar a una mujer de 34 años, prostituta, bígama, adúltera. Pero pudieron ver y oír a Asha antes de que le cubrieran la cabeza con un capuchón. Asha la niña protestaba su inocencia. Unos cuantos trataron de romper filas y acudir en su ayuda.Los milicianos integristas abrieron fuego contra la multitud. Mataron a un niño. Otras seis personas resultaron heridas. Por ello, posteriormente, los islamistas se disculparon y aseguraron que buscarían a los responsables de los disparos. No por las piedras, transportadas hasta el estadio en un camión. Nadie más se atrevió a proteger a la pequeña. Cincuenta hombres rodearon a Asha, la cubrieron la cabeza en un capuchón sollozante, e iniciaron el lanzamiento de proyectiles.Hasta tres veces tuvieron que interrumpir la ejecución para comprobar si la niña todavía vivía. "Mi niña iba a la escuela, mi niña iba a ver a su abuela, no sé qué tipo de ley permite matar a una niña de catorce años", se desespera Ibrahim Dhuhulow, que sabe que algunos testigos dicen que parecía que la niña tenía problemas mentales y le duele pensar que pudo haber tenido un ataque epiléptico sin ser asistida por nadie más que por sus verdugos.No es el único que se desespera. El responsable de EHAHRDP recuerda que Al Shabab es un grupo calificado de terrorista por el gobierno de los Estados Unidos, con vínculos con Al Qaeda. Al Shabab (La Juventud) fue formado como reacción a la invasión del ejército etíope de Somalia en 2006 para, con el patrocinio de los Estados Unidos, acabar con la Unión de Cortes Islámicas que se habían hecho con el control de buena parte del sur del país y de su capital. El Islam practicado en Somalia ha sido siempre moderado, pero parece que eso se acaba. "Van camino de convertirse en talibanes, estamos asistiendo a una primera fase de la conversión de Al Shabab en talibanes", asegura Shire Sheik, que considera que la ejecución de Asha "es una muestra de lo que nos espera: asesinatos públicos a sangre fría y publicitados por todos los medios para dar ejemplo".El defensor de los derechos humanos somalí considera que Asha sirvió no sólo para cubrir a los autores de la violación, "sino también para atemorizar a la población, a aquellos clanes que no tienen poder". Para Shire Sheik, "es necesaria una intervención internacional efectiva y poder salvar lo que nos queda de Somalia".EHAHRDP publicó recientemente un informe sobre la violación de los derechos humanos en el país del Cuerno de África en el que se constata que el respeto por la vida de los ciudadanos en Somalia no es preocupación ni del gobierno que se apoya en el ejército somalí, ni de los grupos integristas islámicos que van, poco a poco, recuperando el terreno perdido. Se calcula que nueve de cada diez ciudadanos ha sido obligado a dejar sus casas en los dos últimos años. Un millón de personas ha sido desplazado por el conflicto bélico.Amnistía Internacional, condenó ayer duramente la ejecución de Asha, cuya muerte "es otro caso de abuso de derechos cometidos por combatientes en el conflicto de Somalia, otro que demuestra la importancia de investigar y documentar dichos abusos a través de una Comisión Internacional de Investigación" .Ibrahim Dhuhulow tiene a sus hijas enfermas por el dolor. Su suegro, su cuñado y dos de sus hermanos fueron asesinados por clanes rivales. A él le hirieron y, herido, huyó de Somalia. Ahora, sólo recuerda una y otra vez las últimas palabras de Asha a punto de ser asesinada.




Yo me pregunto ¿si ella era adultera, donde estaban aquellos con los que adulteró? ¿porqué a una pequeña de solo 14 años, se la lapida, sin juicio, sin escucharla, sin defensa?
No será que la "cosificación" de la mujer, es tan fuerte que es ella a quien se usa para atemorizar a toda una población. Una vez más la violencia de género, una vez más la violación de los derechos humanos más elementales. ¿Hasta cuando? ¿Cuántas más tienen que morir, para que esto cambie? O habrá que esperar que los varones sean los violados, los lapidados, los sin juicio, los sin voz, para que alguien haga algo

Lic. María del Carmen Umpiérrez

Histórico Procesamiento

POSADAS- 31/10/2008http: //www.noticiasde l6.com/ampliar2. php?id=36368
Histórico procesamiento por trata de personas

La decisión del juez federal Mario Hachiro Doi de procesar a tres personas del burdel de Monte Caseros en el que fueron halladas tres jovencitas misioneras que fueron llegadas allí con engaños, se transformó en la primera causa abierta por trata de personas, tras la sanción de la ley nacional que incorpora el delito al Código Penal.

Los periodistas Jorge Kurrle y Eduardo Pérez destacaron tanto la decisión del magistrado como el trabajo en conjunto que llevaron adelante las Policías de Corrientes y Misiones y que permitieron encontrar en el prostíbulo a tres chicas de Misiones, dos de Chaco y 1 de Corrientes.

Analizaron este flagelo desde la perspectiva que planteaba la vicegobernadora Sandra Giménez, la de los consumidores. En este caso de prostitución, un costado de las historias de trata de personas que no suele enfocarse. A propósito rescataban el informe periodístico producido por el diario Crítica, de Buenos Aires que bajo el título “Tacos altos en el fin del mundo” daba cuenta que en la ciudad de Ushuaia hay 7 prostíbulos habilitados por la Municipalidad. Allí el periodista conversó con varias mujeres, dos de ellas de la región Nordeste: una de Chaco y otra de Corrientes.

Las jóvenes daban a conocer que se hacían con 3.000 y 6.000 pesos por día, porque sus clientes proveníoan de los cruceros turísticos que acercaban a Tierra del fuego a visitantes de Inglaterra, Canadá, Japón, quienes además pagan en dólares o en euros. A estos se suman marineros, personas de las fuerzas armadas y de seguridad que están apostadas en esa provincia. “Un gran negocio que supera en cifras al de la droga y compite por el primer lugar con el de las armas, según señalaba en Puerto Iguazú el ministro de Justicia Aníbal Fernández”, recordaban los periodistas.