lunes, 27 de junio de 2011

Victimización secundaria

El presente artículo tiene como objetivo describir el fenómeno de la victimización secundaria, sus implicancias en la salud mental de la mujer y ejemplificar cómo este fenómeno está presente , en mayor medida, de lo que desearíamos.
Muchos autores coinciden en definir la victimización secundaria como las
consecuencias psicológicas, sociales, jurídicas y económicas negativas que dejan las relaciones de la víctima con el sistema jurídico penal, supone,un choque frustrante entre las legítimas expectativas de la víctima y la realidad institucional, involucrando una pérdida de comprensión a cerca del sufrimiento psicológico y físico que ha causado el hecho delictivo,
dejándolas desoladas e inseguras y generando una pérdida de fe en la habilidad de la comunidad, los profesionales y las instituciones para dar respuesta a las necesidades de las mismas.
En resumen, la victimización secundaria o la revictimización es entendida como la relación entre la víctima y las instituciones sociales (servicios sociales, medios de comunicación, sistema judicial), quienes en ocasiones, brindan una inadecuada atención a la mujer víctima de violencia de género.

Constantemente, escuchamos a las mujeres víctimas de violencia manifestar que se sienten “agredidas” por la policía como por la sociedad en general. Este comportamiento social se reproduce a nivel mundial, produciendo  consecuencias devastadoras, entre ellas se encuentran:
1.   Culpabilización de la mujer por denunciar a su pareja
2. Responsabilización de la violencia, donde la mujer se siente provocadora de las manifestaciones de agresión física y psicológica.
3.    Sentimientos de desamparo e incertidumbre sobre el devenir. 
4.  Reexperimentación de los episodios de violencia, lo cual, cual produce angustia excesiva.

Sobre el último punto, nos detendremos para explicar el proceso de verbalizar en forma reiterada los episodios de violencia.
Pese a que la psicología ,se basa en la “cura en el habla”, osea que a través de la verbalización de lo sucedido , vamos encontrando un nuevo sentido a los hechos que nos suceden, sin embargo, en la tematica de violencia es una excepción debido a que  recordar y verbalizar lo sucedido en un contexto , en ocasiones, inadecuado y de escasa comprensión produce efectos negativos en la salud mental de la usuaria.
Para retratar esto, mencionaré un ejemplo que  me grafico que es lo que siente la mujer víctima de violencia al relatar estos episodios:

“He sido víctima de violencia toda mi vida, en mi niñez fui maltratada por  mi padre sin razón alguna, posteriormente, me casé para escapar de mi hogar…era mi única salida para frenar los constantes golpes de mi padre y el alcoholismo de mi madre.
            Juan, mi actual esposo era un buen hombre, trabajador, responsable, atento, sin embargo, todo cambiaba los fines de semana, cuando él iba a jugar al futbol y se emborrachaba con sus amigos…Yo creía que el alcohol era el causante de esta desgracia, pero ahora me doy cuenta que las cosas no son así.
Cada vez que él llegaba borracho, comenzaba a insultarme, diciendo que yo había estado con otro hombre, me revisaba la ropa interior y comenzaba a tocarme. Yo me callaba, siempre me calle porque temía que se colocara más violento , que me pegara…temía a contarle a alguien lo que me estaba sucediendo…quién me creer…si él era tan buen hombre, tan trabajador, nunca nos faltó nada…
Cuando decidí ir a la policía denunciar fue tras un episodio  de violencia que recordare por siempre, ese día había decidido salir con las hermanas de la iglesia a cenar , me compré un traje muy bonito para esa ocasión, él me vio , y me dijo, ¿Dónde vas vestida así?, me quitó la ropa y me dijo: nunca más te vistas de esa forma y me pegó una cachetada.
En ese minuto, miles de pensamientos surgieron por mi  mente, supe ahí que esta situación no iba a cambiar , que si seguía ahí no iba a salir viva.
Decidí ir a denunciarlo, estaba sola. Me acerqué a la comisaría más cercana…el policía de guardia me hizo esperar 2 horas porque tenia otras órdenes de detención que realizar.
Cuando me pudo atender, le conté tímidamente lo que me sucedía ,él no me miraba a los ojos ,no prestaba mucha atención y me preguntaba mis datos muchas veces. Esto me incomodaba, sentía que el no me creía…otra vez no me creían. El policía me derivó a un centro de atención a la mujer donde me  preguntaron lo mismo que ya había relatado y posteriormente tuve que asistir al Juzgado donde lo conté nuevamente.
Estoy cansada, cada vez que lo cuento me siento más angustiada, como un nudo en la garganta que no deja respirar.
Estoy lejos de mi marido, él ya no se puede acercar a mí, sin embargo, la angustia no se va”.

Los hechos relatados por esta mujer son el testimonio fidedigno de muchas mujeres que piden “a gritos” ayuda”, sin encontrar una respuesta que la oriente y la contenga emocionalmente en este proceso.
La prevención de la violencia de género hacia la mujer no es un tema alejado a nuestra realidad, todos y todas somos responsables de prevenir el abuso de poder hacia la mujer, la vulneración hacia sus derechos más primarios como ser humano y el respeto a su integridad física y psicológica.
                                                                                                                                   
                                                                                                                           Cecilia Asenjo Israel
                                                                                                                                  Psicóloga
Especialista en Violencia Intrafamiliar
Magister en Evaluación psicólogica y psicodiagnóstico

martes, 7 de junio de 2011

"Curso de Formación y Facilitación para el Trabajo con Holbres en la Prevención de las Violencias de Género"



Les comparto la próxima capacitación que tendremos desde nuestra Organización. Quedan vacantes para el horario de las 16hs a 18.30hs.
Si creen que le puede ser de utilidad a alguien más por favor no dejen de compartirlo.
A todos/as los interesados/as por favor escribanos a:
secretariapablobesson@hotmail.com
¡¡¡Los y las esperamos!!!

Agredido = Agresor

En el tiempo que llevo trabajando con varones que ejercen violencia, me encontré con un común denominador, fueron niños que sufrieron violencia.
Esto me da a pensar, en el aprendizaje de resolución de conflictos. De acuerdo a como he visto y he vivido la resolución de los conflictos en mi entorno (familia) de origen, es como resolveré los conflictos en el entorno familiar que construya como adulto o adulta.
En la niñez y adolescencia (sobre todo) en muchas oportunidades no queremos parecernos ni conducirnos de la misma manera que nuestros mayores; sin embargo al crecer vamos repitiendo acciones y actitudes que en algún momento reprobamos.
Es de vital importancia, entonces tomar en cuenta la prevención de violencia en las familias.
No hay excusas para la violencia, ni el cansancio, ni el bajo sueldo, ni las frustraciones, ni adicciones, no hay argumento válido.
Los niños, niñas y adolescentes, no van a hacer otra cosa diferente a lo que han vivido – padecido.
La violencia es una conducta aprendida que puede y debe ser deconstruida, se necesita nuevamente un re aprendizaje para llegar a la resolución de conflictos de forma pacífica.
Si ejercitamos el dialogo, la tolerancia, el respeto por el otro y la otra, el valor de la persona, porque es ser humano, estamos dando herramientas para una vida más plena y sin violencia. Las crisis y los conflictos son parte de la vida misma, no podemos pensarnos alejados y alejadas de ellos mucho tiempo, el valor está en como resolverlos.
Por otro lado no todos los niños o niñas que sufrieron violencia, en su adultez son agresores o agresoras.
En muchas ocasiones toman el lugar de víctimas, porque han naturalizado la forma de relación y asumen que las relaciones son de esta manera.
Otras veces, pudieron encontrar en otro lado, escuela, iglesia, grupo de amigos, otros adultos, etc., una manera distinta de resolución de los conflictos, y lo incorporaron para sí. Esto es lo que llamo una “variable interviniente”. Un factor, en este caso una persona, interviene mostrando otras posibilidades.
Los niños y las niñas no son nuestros objetos decorativos, no son nuestro problema o la causa de los mismos, no son nuestras desgracias o amarguras, son personas creadas por Dios, con un potencial a desarrollar, y los y las adultas que estamos cerca no tenemos permiso ni derecho, de truncarlos violentándolos.
Como adultos y adultas somos responsables de cambiar nuestras actitudes, de reflexionar, de reveer nuestras prácticas de crianza y enseñanza, no por haber sido siempre así significa que esté bien o que sea adecuado.
El ser adultos y adultas y ser responsables no nos habilita a descargar nuestra ira, nuestra frustración, mal humor etc, sobre los más pequeños.
La responsabilidad de mantener, criar, educar, sostener, desvelarnos en tiempos difíciles, no da permiso a violentarlos o violentarlas, debe llevar también a reconocer en el otro o la otra sus derechos como persona.

Podemos haber sido criados y criadas en violencia, pero no fuimos creados ni creadas para vivir en violencia.