Se necesita un cambio en
el pensamiento hegemónico masculino.
¿Por qué los hombres
acuden a la prostitución actualmente en una sociedad donde no hay tal nivel de
represión sexual como había hace 40 años? Es necesario un urgente cambio en las
masculinidades hegemónicas. La mayoría de los clientes/prostituyentes son
hombres (el 95%) y la mayoría de las personas que ejercen la prostitución (las
víctimas) son mujeres (90%).
En una época de libertad sexual como la actual, debemos preguntarnos
porque los hombres siguen acudiendo al consumo de prostitución.
-
¿Por qué lo hacen?
-
¿Será por el ejercicio de poder y dominación
sobre otra persona, con la que no tienen que tener ninguna consideración porque
pagan?
La masculinidad hegemónica está en crisis y, es el momento de transformarla en pro de la
igualdad de derechos y la equidad entre
géneros. Muchos hombres en las relaciones sociales y personales en la sociedad
actual, experimentan una sensación de pérdida de poder sobre otras personas,
principalmente sobre las mujeres.
Sienten que pierden “privilegios”, otorgados por el patriarcado por décadas.
La masculinidad
tradicional y hegemónica no consigue crear relaciones satisfactorias de respeto
mutuo entre los géneros, teniendo como base una nueva masculinidad igualitaria.
Sobre esta equidad es que debemos
trabajar, en pro de una generación más equitativa entre hombres y
mujeres.
Algunos grupos de hombres abolicionistas consideran
que la mayoría de los hombres que pagan
por sexo “en realidad buscan una
experiencia de total dominio y control sobre el cuerpo de la mujer”, y
añaden que “parecen tener problemas con
su sexualidad y con relacionarse en igualdad con el 50% del género humano, que
creen que debe de estar a su servicio”.
- Es hora de poder plantear un debate abierto y centrado
en las motivaciones de los clientes u hombres prostituyentes, cómo deberían ser
llamados, para poder solucionar de otra
manera sus carencias en relación a la
necesidad de tener que pagar para obtener sexo, principalmente, con el género
femenino.
- Es hora de plantear un
debate sobre la masculinidad, la afectividad y la sexualidad que cuestione el
actual modelo patriarcal y hegemónico que es permisivo con esta forma de violencia
de género y buscar alternativas igualitarias a los problemas que puedan tener
los clientes/ prostituyentes.
¿Porque una parte
importante de los hombres, pudiendo optar por relaciones igualitarias, optan
por relaciones de dominación a través del dinero para relacionarse con las
mujeres? Los primeros que deben hacerse
esa pregunta son hombres. Precisamente para que la sexualidad y la afectividad
sean libres no tienen que convertirlas en un supermercado, en donde las
personas son mercancías descartables.
No se debe legitimar la explotación sexual y la violencia de
género
Suele decirse “la prostitución ha
existido siempre”, “debería ser libre”. Considero que r
egular la prostitución legitima implícitamente las relaciones
patriarcales: equivale a aceptar un modelo de relaciones asimétricas entre
hombres y mujeres, establecer y organizar un sistema de subordinación y
dominación de las mujeres, anulando de esa manera la labor de décadas de luchas por la igualdad de derechos
entre hombres y mujeres.
Si el 90% de las personas prostituidas
son mujeres y el 95% de los clientes/prostituyentes son hombres.
-
Legalizar la prostitución para las personas que la ejercen, se
estaría legalizando por extensión a los
que compran, esto supone convertir los cuerpos en una mercancía más.
-
Aceptar la prostitución es una vuelta más de tuerca de un
capitalismo /neoliberalismo salvaje que todo lo compra y todo lo vende.
-
Legitimar la prostitución sería convertirla en un soporte más del control patriarcal y de
la sujeción sexual de las mujeres, con un efecto negativo no solamente sobre
las mujeres, adolescentes y las niñas que están en la prostitución, sino sobre
el conjunto del género femenino, ya que confirma y consolida su definición
patriarcal de estar al servicio sexual de los hombres.
¿Cómo estamos educando a nuestros hijos e hijas?
- ¿Educamos a nuestros hijos varones en igualdad de
derechos y
respeto por las mujeres?
- O, ¿En una hegemonía
machista y patriarcal dónde
tienen control sobre el supuesto sexo “débil”?.
- ¿Educamos a nuestras hijas como mercancías dónde el ejercicio de la
prostitución sea un posible futuro
laboral para ellas?
Si se reglamentara la prostitución, integrándola en la economía de mercado, se estará diciendo que es una alternativa aceptable para las mujeres y para algunos hombres, por tanto, no es necesario remover las causas, ni las condiciones sociales que determinan que sean, mayoritariamente mujeres (cada vez más jóvenes) las que sean prostituidas. Facilitando la explotación sexual y también la trata de personas para el mismo fin. Convirtiendo el proxenetismo y prostíbulos en “empresas legalizadas”
La legalización del ejercicio de la
prostitución, sobre todo en los países dónde el trabajo formal escasea, la
normalización de la prostitución se convertiría como una “opción para las mujeres
pobres y desocupadas”, legalizando una forma más de violencia de género. No nos engañemos,
muchos de los que pretenden regularla como un “mal menor, muy bien intencionadamente,
no piensan en ellas o ellos mismos para ejercer este trabajo como cualquier
otro”. Se trata, por tanto, de “dar derechos” a las pobres que caen en las
redes de prostitución, pero no de remover sus raíces y problemas fundamentales. Una trampa más del patriarcado.
El modelo
abolicionista en Suecia
En Suecia la
prostitución se aborda como un modelo
que se centra en medidas de erradicación de la demanda, a través de la
denuncia, persecución y penalización del cliente/prostituyente y del proxeneta.
En ese país se penaliza a los hombres que pagan a mujeres o niños/as con fines de comercio
sexual, con penas de cárcel de hasta 6 meses o altas multas. El peso de la ley,
en ningún caso, se dirige contra las mujeres prostituidas, ni se pretende su
penalización o sanción. La novedosa lógica detrás de esta legislación se
estipula claramente en la literatura del gobierno sobre la ley: “En Suecia la prostitución es considerada
como un aspecto de la violencia masculina contra mujeres, niñas y niños. (…)
La igualdad de género continuará siendo
inalcanzable mientras los, en su mayoría, hombres compren, vendan y exploten a
mujeres, niñas y niños prostituyéndoles”. La ley sueca provee de fondos
para servicios sociales para cualquier mujer que ejerza la prostitución que
desee dejar esa situación; también provee fondos adicionales para reeducar la
masculinidad en la igualdad de género.
La prostitución siempre ha existido, dicen.
También las desigualdades sociales, las guerras, la tortura, la esclavitud
infantil, el hambre, los femicidios. Pero esto no es prueba de legitimidad ni
validez. Tenemos el deber de imaginar un mundo sin prostitución, lo mismo que
hemos aprendido a imaginar un mundo sin esclavitud, sin apartheid, sin
violencia de género, sin infanticidio, ni ablación de clítoris. Es lícito imaginar un mundo sin ejercicio de
prostitución dónde los cuerpos de las personas no se compren ni se vendan.
Malena Manzato, Psicóloga Social
Especialista en Violencia Familiar
Co-Cordinadora de Grupos de Varones
que ejercen Violencia en el ámbito Familiar